20.8.07

De vuelta de las vacaciones







Se acabaron las vacaciones y de nuevo la rutina. A pesar de estar enferma todas las vacaciones no lo hemos pasado mal. Fuimos a Portugal visitamos Ikea, donde a nuestro polvorón le compramos un balancín que le encanta y algunas cosillas más como unas estanterías para sus cuentos. El martes, 14 estabamos de vuelta en Vigo, celebrabamos un año más de casados y coincidía de nuevo en martes, como nos gustan los retos rompimos con los tópicos "en martes no te cases ni te embarques".



El polvorón se pasó la mañana con mi amiga Merchi y con su pequeña Alba menudas dos, para separarlas tuvimos que superar sus caritas de pena. Los festivos nos quedamos en casita, con todo lo que llovía.



Pero el viernes y el sábado nos fuimos a Ourense, venían mis tios y mis primos de Barcelona, nos juntamos más de 12 personas. Hacía cinco años que por cuestiones de trabajo no coincidíamos. Cuando nos juntamos siempre recordamos los maravillosos veranos que pasabamos todos juntos, nos reuniamos más de 50 personas. La edad de los primos variaba muchisimo, con diferencias de 20 años, pero todos jugabamos juntos y organizabamos muchisimas actividades. Que tiempos aquellos, no hay nada como las familias grandes donde todo el mundo tiene su sitio.



A veces me entra melancolía por el pequeño polvorón, que puede disfrutar muy poco de sus primos y de su familia, lo de la movilidad laboral conlleva estos inconvenientes. Y hay que esperar al verano para ver a sus primas y a sus tios. Cuando yo era pequeña, los tios y primos que tenía más cerca los veía todos los fines de semana y en verano al resto, pasabamos un mes juntos. Ahora todo es distinto, pero no puedo quejarme, que mi hija tiene el privilegio de poder disfrutar de sus abuelos y de que sus tios veranean en Galicia.



Me alegré tanto de ver a mis primos, nos tenemos mucho cariño. La niña como siempre se portó genial, mi tia alucinaba con lo tranquila que es.



Fueron unas vacaciones de reencuentros familiares, de sus vacaciones por Europa volvió la tia María y el padrino y le trajeron una camiseta de gatitos. Nada más verla, el pequeño polvorón se empeño en ponersela por encima del vestido, le gustó mucho.



Para consolarme del final de las vacaciones, pienso en que todavía nos quedan algunas semanas más a media jornada y podremos disfrutar un poco de nuestro tesoro.



Os cuelgo unas fotos de estos días ¿a qué es guapisima?

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