2.7.07

Días de familia




Mi pequeño polvorón está feliz. Esta encantada con su abuela y con su prima pequeña, se pasa el día jugando, se rie como nunca y se acuesta a las doce de la madrugada.


Mi pequeña siempre ha tenido una relación muy especial con su abuela. El mérito por supuesto es de su abuela, que a pesar de vivir fuera la llama por telefono cada día, cuando se ven se pasa todo el día jugando con ella, que si al escondite si al corre que te pillo.... Después tiene la gran suerte de que sus primas la adoran. Su prima más pequeña se pasa todo el día jugando con ella, la hace reir, le ha enseñado nuevas palabras, muecas y gestos.


Y este fin de semana fue todavia más emocionante, nos vinimos a Vigo. El viernes me lleve a mi sobrina la pequeña al Verbum. Hay que reconocer que es divertido e interesante, merece la pena que lo visiten los crios. Pero como es habitual en mí, no puedo evitar poner la puntilla al proyecto del museo de las palabras alguna critica en positivo, pensando en que mejoren la oferta. Para mi uno de los mayores defectos es que las explicaciones de los juegos son escasas, después que un museo dominado en su totalidad por la informatica no puede tener tantos ordenadores fuera de servicio, hay muchisimos juegos que no podimos realizar y algunos eran muy interesantes. Después había unas cuatro personas para vender la entrada y ni una para informar dentro del museo. Y por último, realizar un esfuerzo a nivel infraestructuras tan importante para que en una tarde sólo te visiten dos personas, algo falla. Aún así me pareció interesante como dato significativo mi sobrina estuvo entretenida casi tres horas y eso no es facil.


El sabado nos fuimos a las fiestas de Coia, mientras tio y sobrina subian a todos los cacharros que había, el pequeño polvorón se reía de la cara de susto de su papa cada vez que daba una vuelta en una atracción (mirar que cara de recochineo pone en la foto).


Las fiestas de Coia deben ser las fiestas "del sobrino", porque nos encontramos algunos conocidos y amigos que tienen hijos pequeños que todavia no pueden montar en nada, pero que aprovechaban la ocasión para montarse en todo con sus sobrinos. La verdad es que era muy bonito ver a familias enteras paseando por el barrio.


El domingo, fue más relajado dentro de los límites de tener una niña de nueve años que quiere hacer de todo a cada segundo. Y la verdad, como por las distancias puedo disfrutar tan poco de ellas que me paso el día malcriandolas y dandole mimos pero para eso están los tios.


Personalmente disfruto mucho del tiempo que paso con mis sobrinas pero también me gusta ver lo bien que lo pasa mi hija y su papi, que es un tiazo, con él hacen muchas actividades y algunas de riesgo (os cuelgo la foto de la última atracción en la que montaron).

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