14.11.08

Los animales

María a la pregunta de ¿harías eso por mi?. La respuesta es evidentemente sí. María me plantea la cuestión de la educación de los niños en relación con los animales. Realmente lo que es obvio es que los animales son beneficiosos para el desarrollo de los niños y especialmente para su educación. Me da una tristeza enorme ver como crios pequeños tiran del pelo, de las orejas, del rabo... a los animales delante de los adultos que muestran una pasividad increible. También es común ver a niños que pegan a otros y sus padres consideran que es normal, una fase más. Los bebés muerden las manos, los pechos que les alimentan,… Todo lo que los bebés hacen se resuelve alrededor de su boca o sus manos. Las manos y los dientes son las primeras herramientas sociales, y aprenden a usarlas con las respuestas que obtienen. Tan pronto como los dientes erupcionan y agitan las manos, los bebés experimentan y usan estos instrumentos sobre diferentes objetos, para ver qué se siente. ¿Y que hay más disponible y más familiar que la piel de los padres, de los conocidos o de los animales de compañia?. El trabajo de los bebés es usar estas herramientas. El nuestro como padres es enseñarles cómo. Todos los niños cuando descubren la boca y las manos suelen pasar por una étapa de crueldad "inocente" además no son conscientes de la fuerza ni del daño que ejercen. La cuestión es que los padres frenen y creen alternativas para canalizar esos instintos. El morder, habitualmente para a medida que crecen las habilidades de comunicación, pero el pegar no. Los niños se vuelven agresivos para liberar enfados, para controlar la situación, para demostrar poder o para proteger sus pertenencias en una batalla por los juguetes. Algunos llegan al mal comportamiento en un intento desesperado para llegar a unos padres distantes. Sin duda, la mejor receta para controlar esos instintos es a través de los animales. Como padres tenemos que tener clarisimo que la condición de inferioridad que poseen los animales al igual que los niños, en nuestra sociedad, nos hace responsables de su bienestar. Los beneficos para la salud que aporta el mundo animal son claros cuando cada vez emergen más terapias médicas relacionadas con ellos, como los caballos, o los delfines.... Pero un simple animal de compañía es el mejor medio para canalizar la conducta y para fomentar relaciones afectivas sanas. Cuando le enseñamos a nuestros hijos que los animales tienen sentimientos y sienten dolor, que necesitan cariño y cuidados, realmente lo que hacemos es educar en la no violencia, en sentimientos afectivos positivos y en responsabilidad. El ser permisivo con el maltrato animal, lo mismo como las conductas violentas hacia los iguales lo único que conlleva es potenciar la agresividad como medio para conseguir las cosas. En esta última década han aumentado los casos de padres que renuncian a sus hijos adolescentes y reclaman que los tutelen las Administraciones, muchos niños padecen una enfermedad que se ha denominado "el sindrome del emperador", basicamente son niños agresivos que no aceptan las nomas y carecen de responsabilidad y de respeto hacia todo. ¿Cómo llegamos hasta este punto?. La respuesta es muy sencilla porque fallamos en su educación desde la primara infancia. El psiquiatra Alan Felthous en la mayor parte, de sus estudios basados en el abuso animal y criminología adulta, muestran que las primeras instancias de crueldad hacia los animales tienen lugar temprano en la vida del abusador. Según la antropóloga, Margaret Mead (1964), “Una de las cosas más peligrosas que le puede pasar a un niño es matar o torturar a un animal y salirse con la suya.” Son tantos los ejemplos de criminales que su andadura comenzó procesando un daño irracional a los animales que no llegaria un post para mencionarles. Kip Kinkel, un adolescente de 15 años que asesinó a sus padres y luego disparó y mató a 24 alumnos de su escuela en 1998 . La prensa informo que Kinkel poseía una historia de violencia hacia los animales, habiendo decapitado gatos, diseccionando ardillas vivas e “inflando” vacas, Albert DeSalvo, el confeso Estrangulador de Boston que asesinó a trece mujeres en un año, solía atrapar perros y gatos, encerrarlos en jaulas diminutas y dispararles flechas a través de sus aberturas.... Desde 1970 este vínculo ha sido reconocido por la FBI, cuando del análisis de los casos de asesinos seriales surgió que la mayoría de los ofensores poseían historias de crueldad hacia animales perpetradas durante su infancia y adolescencia. Esto llevo a la FBI a sostener que “la violencia a los animales es un fuerte indicador de violencia en otros aspectos de la vida del ofensor”. A su vez, esta investigación indicó que los detenidos por crímenes violentos fueron más propensos a haber cometido actos de crueldad hacia sus mascotas durante la infancia, que los acusados por crímenes no violentos. Cuando yo estudiaba recuerdo que había un caso de un criminal peligroso que estaba en el corredor de la muerte en los EEUU, dicho sujeto estaba catalogado como un psicopata carente de sentimientos de culpabilidad. Durante un experimento realizado en la prisión a dicho individuo se le puso un compañero de celda, en este caso un pájaro enjaulado. La reacción de este hombre fue cuidarlo, darle cariño y por primera vez mostraba sentimientos. Pues imaginaros el efecto que puede hacer en un niño el potencializar una conducta afectiva hacia los animales. Obviamente cada niño es un mundo y hay que llevarlo de forma distinta. Por ejemplo, a nuestro pequeño polvorón le potenciamos las cuestiones de espacio. Ella que es muy recelosa con las invasiones a su espacio fisico también tiene cuidado con el espacio de los animales. A día de hoy le tiene miedo a los perros pequeños, más que nada porque le saltan encima y se asusta, porque para ella es una invasión de su espacio. Por eso el mejor medio de educar a la nena en conductas no agresivas es mostrandole lo molesto que es la falta de respeto al espacio propio. También hay que explicarle que los animales y las plantas son seres vivos. A mi me comen los demonios cuando alguien le dice "vamos a coger flores para mamá", mamá no necesita flores y normalmente me tiran por tierra el trabajo de tiempo, donde yo le he explicado que las plantas son seres vivos que crecen como ella. Para ella es dificil entender que una flor sea algo vivo, no se mueve, pero por contra resulta muy facil explicarle que un animal es un ser vivo, se mueve, come, corre, juega.... También me cabreo con los cuentos para niños, ella tiene miedo al lobo, una animal que no ha visto nunca pero es algo monstruoso. Como los cuentos populares no los puedo cambiar, le digo que todos viven en el mismo pueblo, la caparucita, los tres cerditos, la gallinita y los pollitos, y el lobo malo es sólo uno pero el resto de los lobos son muy buenos. El caso de Ander es distinto, Ander por instinto adora a todos los animales, pero si teníamos problemas con su conducta. Más que violento era muy basto a la hora de mostrar su cariño. Así que no nos quedó otro remedio más que intentar modificar sus hábitos de conducta. Cuando le veíamos hacer algún gesto inadecuado, comenzamos a enseñarle a dar caricias. La primera vez que descubrimos que el niño era muy bruto afectivamente fue con el gato, así que comenzamos a suavizar sus gestos también con el gato. A día de hoy busca al gato para acariciarlo, pero este mismo gesto lo repite con todo el mundo y con su hermana, cambiando los tirones de pelos y pegar con la mano por caricias muy dulces. Un día en la guardería se sorpendieron porque el niño acariaba a las flores. Por eso me da tanta rabia cuando llegan mordidos, arañados, con zumo por la cabeza....y lo que más me molesta es que nunca he recibido ni siquiera una llamada para disculparse, más que nada porque podía ser un principio para el propio niño agresor porque se le bajaba su ego. Menuda sociedad en la que vivimos. María espero que te gustara el post.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Este es un post que todos los padres debiesen tener presente. Los animales no son capaces de entender nuestra crueldad ni nuestras dobles intenciones. Por eso, y porque no hablan, son los más débiles e incomprendidos, llevándose siempre la peor parte. Y por todo lo que nos dan merecen como mínimo nuestro respeto. No hay mejor forma de enseñar a un niño a respetar a los más desfavorecidos que empezar por los seres vivos no humanos. Para ellos todos los niños son iguales. Rubios, morenos, gordos, delgados, down, minusválidos... les da igual: si un niño aprende a tratarlo, tendrá un amigo fiel para toda la vida. Y eso es un tesoro demasiado grande como para dejarlo pasar.
Besitos de tus emocionados sobrinos. Te acaban de declarar su "muy querida tía preferida"

Paula dijo...

Muy de acuerdo contigo. LA agresividad es algo que todos tenemos, es una energía, pero hay que saber canalizarla. El abuso, en cualquiera de sus tipos, siempre parte de la infancia. Ahí es donde entramos los padres en el cómo para dar pistas a nuestros hijos. Un abrazo, Paula

Unknown dijo...

muy bien mamá Ana, pero cómo criar a los niños con la crueldad hacia los animales...eso de ir desrozando las plantas también!!!
Lo he podido llevar adelante, hoy mis hijas son defensoras de todo animalito, ellas se ocupan de decir a los niños que derriban nidos de no hacerlo!!!
Yo creo que los animales nos enseñan, por lo que así de simple LOS AMO!!!, no quiero verlos sufrir.
Creo que los niños no nacen violentos, la familia es violenta con ellos...luego cometen semejantes atrocidades!!!...me ha encantado tu entrada, la voy a publicar...abrazos!!!