7.2.08

Una semana con la abuela Rosa


Acabamos de despedir a la abuela que se marcha para su casa, la echaremos mucho de menos. Ha sido una semana magnífica, sin cocinar, sin correr de un lado para otro porque los niños se quedaban con ella, es más, los crios se han recuperado totalmente de sus catarrazos.
Dormimos más, la abuela Rosa se levantaba por las noches para llevar a la peque al baño. Hasta hemos trabajado más y mejor.

La abuela Rosa ha sido una ayuda inestimable y me pongo mala sólo de pensar que será de nosotros la semana que viene sin ella.

Mi madre estaba alucinada con Frander, desde que no lo veía noto los cambios. El niño se pasó toda la semana haciendo trastadas y en más de una ocasión le acabó con la paciencia. Pero también fue consciente de los cambios del pequeño polvorón, se sorprende con lo tímida que es, pero le encantaba su grado de responsabilidad y como obedece.

La abuela los primeros días no quería salir sola a la calle con los dos niños pero fue probando cada día un poco más y hoy pasaron casi todo el día fuera. Por el peso ella no lleva la silla gemelar, lo que obliga al pequeño polvoron a ir andando a todas partes. Y al mediodía nos contaba como le decía a la niña: "vigila a tu hermano" y mientras hacía la compra el pequeño polvorón se quedaba agarrada a la silla de Frander.

Creo que ella los va a echar tanto de menos como nosotros a la abuela, ha sido una semana muy buena y eso que se notaba mucho que no está bien, tiene demasiados dolores.
Bueno la semana que viene nos tocan las vacunas y las visitas a los colegios, dentro de poco hay solicitar plaza para la nena.
Hasta pronto a todos.

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