Cuando se mete la pata es bueno rectificar. En el post anterior os comentaba que pensábamos que la peque estaba pasando por la denominada "angustia del octavo mes", aunque dicho proceso es común y hay numerosa literatura pediatrica sobre el tema, no es nuestro caso.
Ayer por la tarde le subió mucho la fiebre y la peque sólo se tranquilizó con una buena dosis de Dalsy.
Decidimos ir a urgencias. Después de la correspondiente oscultación, la doctora nos informó que de nuevo estábamos con otitis.
Nos entró un cierto sentimiento de culpabilidad, Es la segunda vez que nos confundimos. La anterior coindidió que la niña pasara una semana con su abuela Rosa y el que llorara de vez en cuando nos parecieron mimos.
El problema que tenemos es que no se queja, si no que llora para que la cogas y cuando lo haces se calma, por lo que no somos conscientes de que tenga ningún malestar.
Ahora volvía a tener mimos y no dormía por la noche, así que pensamos que era una nueva fase, pero no; la realidad era otra. Pobre menudo dolor tenía que pasar.
Ayer le recetaron un colirio y algún antibiotico y durmió como un liron.
Pero a partir de ahora tendremos que controlar más la otitis, ya que la padece solo en el oido derecho, en principio era debida al moco, pero ahora no estaba acatarrada, dice la doctora que hay que controlarla más, porque a lo mejor es que no cura del todo y es un proceso recurrente.
Pobrecita y que buena es. Todo esto era el empujoncito que me faltaba para ir al curso de enfermería infantil en Povisa, comienzo el lunes, así que os iré contando lo que aprenda.
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