27.11.06

La técnica del tiempo-fuera. El refuerzo/el aprendizaje


A punto de cumplir su primer año de vida, nuestra pequeña comienza una étapa de tanteo a todos los que la rodean.
Nosotros hemos comenzado a enseñarle el significado de "NO". Ella pasa por una étapa de conocimiento del mundo y este proceso se complica con sus pequeñas victorias por la independencia.

Cada día gana soltura al caminar, empieza a soltarse y pretende hacerlo sola, además gatea perfectamante. Cada vez son más los lugares a donde llega y los objetos que alcanza y hay que empezar a frenar sus impulsos, no sólo por su propia seguridad si no también por establecer las primeras normas de convivencia.

Nuestra hija, a fuerza de repetir la palabra "NO", con un cambio de tono y un gesto serio, sabe lo que se puede tocar o no, pero aún así no puede evitar pillarse algún berrinche de vez en cuando.

Sus berrinches son más que nada un medio de prueba, saber hasta dónde puede llegar y con quien. Para evitar sus cabreos, lo primero que hacemos es mostrarle nuestra indiferencia, manteniendo una conversación al margen de la niña. La mayoria de las veces, a los cinco segundos, se le pasa la pelotillera y continúa con sus juegos. Pero si no fuera así, aplicamos la técnica de tiempo-fuera, es decir, la apartamos alejada de sus juegos y de nosotros y sólo le volvemos hacer caso si cambia el llanto por la risa. Este método es muy bueno además para reforzarle la risa, en vez del llanto como medio para conseguir sus propósitos. Para apartarla debemos de pensar en una zona que no le produzca miedo, con luz no a oscuras. Más que buscar una zona de castigo es, encontrar un lugar donde mostrarle nuestra indiferencia mientras persista en su actitud.

Mi amiga Eli, que tiene niños de dos años y medio, utiliza esta misma técnica colocando a los niños en la trona sin jueguetes hasta que paren de llorar. Además, ha establecido la trona como un lugar donde hay que estarse quieto, donde no se juega, es para comer o la zona de castigo. Este método le esta dando un buen resultado.

Lo que si esta claro, es la importancia de comenzar el aprendizaje de las normas en las edades más tempranas posibles.

Nuestra pequeña no toca las bandejas de encima de la mesa, ni los libros de las estanterías y conoce perfectamente hasta donde puede llegar y sólo tiene 11 meses.

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