Hola a todos y a todas:
Después de varias semanas de psiquiatrico, trabajando mil horas preparando clases y temario, tengo un ratito para escribir en el blog. Hay días que me pregunto como sobrevivo.
Pero hoy os quería contar como fue el inicio de clases. Lo de Ander fue cambio radical, la vuelta a la rutina le centra, se viste rápido, desayuna bien, recoge...., disfruta de ir al colegio.
El problema lo tuvimos con la niña. Por organización del centro, al llegar a 1º de primaria separan al grupo mezclando a los niños entre las cuatro clases. Personalmente me parece bien porque amplia el grupo de amigos de nuestros hijos, se mezclan con otros niños y niñas.
Con lo que no estaba de acuerdo en su momento y ahora menos, es con el método de hacerlo.
Al final de curso del año anterior, su profesora le explica que el año proximo les van a mezclar y por eso deberan elegir a dos amigas y dos amigos, es cierto que la profesora les comentó que a lo mejor no coincidian porque por ejemplo: "Mari Pili quiere ir con Margarita y Margarita pide a Luisa y Luisa a Margarita, por consiguiente Luisa y Margarita irían juntas".
En mi opinión los niños y niñas no eran tan maduros para elaborar este proceso, podían funcionar a arrebatos del día, pero mi hija y dos amigos, amañaron el voto y llegaron a un acuerdo de votarse mutuamente para coincidir juntos. Hay que reconocerle que le insistimos tanto con lo de "pensar y planificar antes de actuar" que se organizó bien. Por otro lado, me confundí una vez más, si son maduros, el problema es que nosotros no somos coherentes.
En verano hablamos de los cambios con naturalidad, ya no era una niña pequeña, que iba a tener asignaturas y no iba a estar con toda su clase, pero en el fondo ella estaba convencida que le pondrían a su lado especialmente a una de sus amigas, según lo que había explicado la profe en clase y su voto, era lo lógico.
Sorpresa primer día de clase y no la pusieron con sus amigos, por mucho que intentamos razonar con ella, su única respuesta era: "Mi profesora me ha traicionado y mentido, quiero volver a cinco años". Nosotros le contabamos historias, trajo los libros del cole para plastificar y le enseñamos los trabajos que eran muy divertidos, pero no había nada que hacer.
El martes me la encuentro a la seis de la mañana llorando que no quería ir al cole, me dice: "me gustaba más mi vida anterior", me dio pena y me preguntaba: ¿porqué los mayores sois tan mentirosos?, ¿porqué prometeis cosas que no vais a cumplir?. Por mucho que le explique que las cosas no salen siempre como uno quiere, como este verano que teniamos pensado ir todos los días a la playa, se lo prometimos y lo cumpliriamos si no fuera porque hizo mal tiempo, pero cuando plantemos los ¿y si? (los improvistos) sabiamos que podía suceder y al final lo pasamos bien. Le pedí que le diera una oportunidad al colegio y a su nueva profesora que no tenía la culpa de nada.
Al volver del colegio seguía igual, enfadada con todos, el miércoles fue de mala gana, pero sorpresa por la tarde era feliz, le encantaba el cole simplemente porque en primaria había muchas asignaturas en inglés y con eso era feliz, en el fondo hay que reconocer que se parece a su padrino, es un loca por los idiomas. Y en el caso del inglés también hay que darle las gracias a Eli, su profesora particular, es más, la cria no para de preguntar cuando empiezan las clases con ella.
Gracias al inglés y a fomentar que lo importante "es que le guste aprender" solucionamos nuestro primer conflicto.
Sobre el método de elección de niños/as del colegio, antes no me parecía lógico pero ahora me parece problemático.
Por lo demás todavia no estamos organizados del todo, no hemos hablado de las actividades extraescolares, sabemos que quieren ir a ingles y ya están matriculados, Ander se vuelve loco por ir a la escuela de danza, así que la semana que viene los matricularemos y después no sabemos muy bien por donde ir, tienen aficciones distintas. Pero con calma que estamos muy cansados.
Estos días os colagaré el proyecto de mañana domingo "¿Qué hacer con los zapatos?". Partimos de una situación conflictiva: A mi pequeño polvorón todos los zapatos le hacen daño, sabemos que tiene el empeine muy alto y con un número más de zapato se le mueve mucho y le hace heridas. Tenemos muchisimos zapatos pero a la hora de salir a la calle siempre tardamos porque ninguno le vale. Ander, siempre quiere poner los mismos porque tienen dibujado un balón de futbol, los zapatos se están haciendo viejos pero le da lo mismo. El otro problema que se nos plantea es dónde guardarlos y que hacer con los que no vamos a poner más.
El otro día planteamos esta actividad a la hora de cenar y negociamos que día llevarla a la práctica, mamá y papá votaron por el sábado, los niños el domingo. Ganaron ellos porque razonaron la respuesta, por un lado querían tener un día para descansar, por otro, el domingo es el día que comemos en casa de la abuela así que podremos hacer la asamblea y organizarnos con calma porque no hay que parar para preparar la comida o hacer tareas de casa.
Su exposición de motivos fue lógica así que la asamblea pasa para el domingo.
3 comentarios:
Ya nos contarás, Ana, cómo evoluciona la amistad del Polvorón con los amigos que han quedado en otros grupos.
Yo, a pesar de ser maestra, estoy en contra de "revolver" a los niños por sistema. Por lo general, no veo que amplíe su círculo, porque los niños tienden a jugar con los de su clase, así que elaboran amistades durante años que luego se van al garete. Y para algunos eso es muy duro. Claro que para quien no tenía ninguna, es una oportunidad, pero esos casos concretos creo que pueden tener soluciones individuales.
Sí creo justificado el cambio cuando los grupos, con el paso de los años, se van desequilibrando. Hay clases terribles y otras estupendas y ahí un cambio suele ser sano para familias y centro.
Ya nos contarás. ¡E intenta descansar un poco!
Gracias por acordarte del padrino, Ana. Esta frase es muy verdadera: "¿por qué los mayores sois tan mentirosos?, ¿por qué prometéis cosas que no vais a cumplir?". Y la respuesta es porque algunos mayores se comportan como niños egoístas que creen que su propia felicidad es algo absoluto, que debe imponerse a los demás, a sus compromisos, al daño que pueden hacer, a la realidad misma.
Un beso muy grande. Me acuerdo mucho de todos.
Hola Ana,
¿Cómo va esa danza? :-)
Una cosa, cuando puedas podrías escribir algo acerca de vuestras "asambleas familiares". Nos gustaría comenzar a instaurar una en casa ¡y vuestra experiencia nos sería muy útil!
Mil gracias y pasar un buen fin de semana.
JL
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