el fin de semana

Este fin de semana ha sido para los niños un fin de semana de aventuras varias. El primero de mayo tuvimos una grata sorpresa cuando mi querida amiga Merchi vino hasta casa con la pequeña Alba. Alba se lo pasó pipa dando de comer a Ander y después nos fuimos todos al parque de bolas de al lado de casa. Se lo pasaron pipa, primero en el parque los tres, Ander el pobre en la piscina de los peques, como no anda. Y ellas tirandose por los toboganes, subiendo y bajando por todos los circuitos que había. Al final, acabaron pintando unos dibujos de la sirenita.

Nos costó bastante que Alba entendiera que era hora de irse para su casa, pobre.

El viernes fue un día normalito, pero el sabado de nuevo fiesta. Vino la familia de Madrid y celebraban el cumpleaños de los primitos Martin y Laura. Nosotros fuimos por la tarde a la finca del tio, con la alergia me costaba salir de casa y por los niños decidimos movernos al final, un poco de imprevisto, mereció la pena a pesar de pasar la tarde con pastillas de Ebastel.

El pequeño polvorón no paró un segundo, primero aunque no era su cumple le regalaron un libro que le encantó, como todos. Después le dimos los regalos a los crios, a Laura le regalamos un cuento de gatitos y un bolso con accesorios para el Nenuco (como hace poco le regalaran los tios uno para cada niña) y a Martin, otro libro y una diana con pelotas. Las niñas enseguida se fueron a jugar con su muñeca y todos los accesorios. Hay que reconocer que el pequeño polvorón organizaba el juego, tenías que ver como después de darle de comer al bebe que le pusieron de nombre "Bermudez", mandaba a las otras primas que le subieran las bragas que ya estaba lista.

Después se pusieron a jugar a los bolos, me sorprendió mucho la cria porque cada bolo tenía un número y se colocaban en una especie de mantita con su correspondiente número, los puso en su sitio todos.

Pero los bolos no fue el juego rey de la tarde, decidieron hacer carreras por la única calle que tiene la urbanización, aquí Martin ganaba en rapidez, el pequeño polvorón en resistencia, no sé cuantas veces hizo el recorrido y Laurita en pillería, ella corría la mitad del camino y después daba marcha atrás así cuando todos hacían la segunda vuelta, ella llegaba la primera.

También estuvieron un rato cantando el Chiqui Chiqui, Laura se sabía toda la letra de la primera versión.

Y al final, todos decidimos sumarnos al juego que inventó el pequeño polvorón. En el suelo en línea recta colocó unos aros de estos del julajo, de distintos colores y tamaños. En cada aro nos colocó a todos, a las primas mayores, a la abuela, a mama y a papa. Todos estabamos en fila india menos ella que se colocó en frente a nosotros. De repente gritaba: "Un dos tres ya" y cada uno saltaba al aro siguiente y ella en dirección a nosotros. El juego era bastante elaborado pero ella una mandona todo el rato diciendo: "Papa en el aro pequeño", "Pancha en el azúl", "Mamá en el blanco", así todo el rato.

Ander no lo pasó también estaba cansadisimo tenía como algo de catarro, con mucho moco y le lloraban los ojos. Pero el campo le sienta bien, porque al día siguiente estaba recuperado de todo.
Hacía tiempo que no la veía tan feliz y activa, es una suerte que en la familia nacieran niños que se llevan tan poco tiempo, la pena es que todos estén tan lejos.
Pero gracias a Dios aqui tenemos muchos amiguitos de la misma edad y con un poco de suerte para septiembre se mudará para Navia la pequeña Ruth y sus hermanos.
En la foto podeís ver a nuestra peque con Alba.Y la otra es de nuestra amiguita Ruth que tiene tres añitos. Cuando tenga tiempo saco unas fotos a los regalos del día de la madre, que cosas más bonitas hicieron los niños. Y puedo asegurar que Ander trabajó como el que más puso las camisas de pintura roja perdiditas.
Pero lo bueno no dura eternamente y hoy de vuelta al trabajo, como los echo de menos.